Como todos los años planifique mis vacaciones en familia, habíamos pensado conocer parte del norte, ya que siempre visitamos el sur (amo el sur). Lamentablemente por pandemia decidimos no hacerlo, no podríamos recorrer varias regiones ni tampoco pasar a Uyuni (Bolivia).
Así que decidí buscar destino, recordé un lugar en la Región de Los Lagos, Hornopirén, Hualaihué y busque cabañas por internet, encontré cabañas Hornopirén y reserve con el señor que en todo momento me ayudó con información, también me avisó que debíamos llevar el examen de PCR negativo para ingresar.format_quote
Este año fue algo diferente, las vacaciones eran algo inciertas debido al COVID-19, todas las semanas teníamos que ver el cambio de fase de comunas. Afortunadamente nuestro destino estaba en fase 2, así que pudimos viajar. Partimos nuestro viaje el domingo 31 a las 6 am hacia Hornopirén, pensando que serían muchas horas de viajes y que pasaríamos la noche en otro lugar.
A medida que pasaron las horas nos dimos cuenta, que no estábamos cansados, que podríamos llegar directo. Mientras pasábamos por la Araucanía, llovía mucho, cada vez más fuerte, mientras viajábamos llame para averiguar por el cruce en barcaza y su horario, nos dijeron que funcionaba las 24 horas. Así que decidimos ir directo, entrando en la Región de Los Lagos ya no llovía, ni hacía frío. Nos fuimos sin detenernos a Puerto Montt, luego a Caleta Arena, llegando a las 20:50 horas, justo para tomar el ferri, cruzamos el Estuario de Reloncavi con un hermoso atardecer, las nubes de tono rosa se reflejaban en el mar, viéndose este como lila y el paisaje entre cerros, islas y montañas, llegamos felices a nuestro destino.
Lunes
Salimos a recorrer la zona, saliendo de la cabaña se veía de fondo el volcán Hornopiren, bellísimo el lugar, después de unas cuadras bajamos a la costanera, donde está el mar y desemboca el río Chiculdeo, en este había cisnes cuello negro, tiuques y zarapitos. Por la tarde recorrimos la costa de Hualaihué, comenzando por El Varal y terminando en Contao, pasamos por la caleta de pescadores y otros sectores a borde playa, vi varias personas construyendo barcos, me bajé en cada lugar a tomar algunas fotografías, unos de los caminos habían varios jotes cabeza negra y los pude fotografiar de cerca, eso me hizo muy feliz.
Martes
Fuimos por la mañana a navegar y pasamos por las loberías y luego las pingüineras, eran pingüinos de Magallanes, los pudimos ver de cerca, no había muchos, como 5; pero fue increíble mirarlos y hacerles fotografías. La tarde la pasamos en las termas de Pichicolo, una tarde de relax en medio del bosque, pasamos por senderos con camino de madera y cruzamos el río, tienen 7 piscinas termales y también se puede bañar en el río , luego de unas horas regresamos a la cabaña.
Miércoles
Partimos a conocer el parque nacional Hornopirén, sin saber que teníamos que caminar como 8 km. para llegar recién al comienzo del parque, caminamos un poco y cruzamos el puente colgante del río, avanzamos un par de kilómetros en medio del bosque, el camino no es muy bueno. Luego decidimos volver, regresamos y por un el camino pasamos a unas cascadas, (Tito Bejar), pagamos $1.500 pesos chilenos cada uno por pasar, caminamos por un sendero en subida y luego tuvimos que bajar un par de metros con una cuerda y pisando las raíces de un árbol, se veía complejo, pero lo hicimos y valió la pena era un gran espectáculo la cascada, el río de aguas color turquesa y los inmensos árboles.
Jueves
Fuimos a recorrer el pueblo de Pichicolo, estuvimos un rato en la caleta, no había gente, solo unas gaviotas cahuil, dominicanas y un zarapito. Por la tarde nos enteramos que Hornopirén pasaría a cuarentena, una mala noticia, solo llevábamos 4 días y el plan eran 7. Tuvimos que adelantar nuestra ida a Cochamo, sin estar seguros si podríamos pasar. Lamentablemente no alcanzamos a conocer el río Negro y sus cascadas. Por la tarde fuimos al sector del cobre, una pequeña playita, tranquila y con poca gente para que los niños aprovecharan de bañarse.
Viernes
Por la mañana partimos rumbo a nuestro segundo destino, Cochamo, esta vez tomamos el otro camino, no cruzamos el ferri. El camino es parte de cemento y otro de ripio. Se veía hermoso paisaje en todo el camino, baje hacer fotos un par de veces, cruzando el río y después a borde playa, divisándose el volcán Yate. Llegamos bien a Cochamo, no tuvimos problemas para entrar, buscamos cabaña, luego una media hora conseguimos algo. Es un pueblo rural pequeño, tranquilo y hermoso. Con una linda vista al mar, su iglesia y al fondo el volcán. Ahí estuvimos un par de días y comenzamos el regreso a Santiago, camino a Ensenada y luego hacia Osorno, por kilómetros vimos de fondo el impresionante volcán Osorno, después pasamos por el costado y lo tuvimos más cerca, aproveche de hacer un par de fotos . En el camino había muchas arboledas, divise un carancho y luego un zorro, fue algo hermoso, aunque no alcance a fotografiarlo.
El regreso
Después de muchas horas de viaje llegamos a Santiago, contentos por el lindo viaje que pudimos realizar pese a la pandemia (muchas familias no pudieron). Yo con mi cámara Nikon llenita de capturas increíbles de paisajes, flores y de aves que no había visto, como rara, fiofío, carancho y los pingüinos. Mi hijo menor, Gonzalo, me dijo “mami estas son mis mejores vacaciones“. Eso lo dice todo, este fue un gran viaje, después de meses de encierro , necesitábamos salir.
Amante de la fotografía de naturaleza, en especial los animales.