El Mar de la Patagonia es un enorme escenario de vida para las especies que habitan en el extremo más Austral del mundo, foco principal de diversos bosques de macroalgas con indómitas aguas que brindan ecosistemas de interacción entre animales únicos como los tiburones que dominan todas las aguas del planeta incluso las aguas de los confines del mundo.
Los tiburones existen en el planeta hace alrededor de 400 millones de años, siendo especies marinas de condrictios, es decir, poseen cartílago en vez de huesos en su sostén y estructura anatómica, con una piel provista de escamas denticuladas que lo protegen, además de facilitarle el nado, por otra parte se sabe que le permite nadar en silencio a través del agua y se han observado ocasiones donde se les ve utilizar su textura para herir y dañar presas. Estos versátiles nadadores cuentan con una cantidad de entre 5 y 15 filas de dientes en cada mandíbula, dependiendo directamente de su alimentación, pudiendo renovar más de 1000 dientes por año dependiendo de la especie, las aletas de los tiburones por otra parte cumplen funciones vitales y estructuran la forma tan característica del nado submarino para estas especies, ya que les permiten mantener el curso controlando trayectorias y movimientos hidrodinámicos, por ejemplo las aletas pectorales evitan que el tiburón se desvíe hacia arriba o abajo en su dirección lineal y la aleta caudal tiene una función propulsora y de guía en estabilidad como cuerpo en desplazamientos rápidos o en giros.
¿Los tiburones Duermen?
Los tiburones no duermen, debido a su fisiología sistémica, estos peculiares animales anatómicamente no tiene un órgano que haga entrar el agua en sus branquias, siendo la manera en la que lo consiguen “el movimiento perpetuo”, al nadar constantemente el agua entra en sus branquias posibilitando la oxigenación continua, además permite que el tiburón no se hunda, ya que tienen un peso en proporción mucho mayor a otros peces de su tamaño, la fisiología sorprendente de este animal, permite que se mantenga en un frecuente nado supliendo las necesidades metabólicas y permitiendo que jamás se hunda a pesar de no tener vejiga natatoria que es un órgano que en peces óseos les mantiene a flote.format_quote
Capacidades Sensitivas
Los tiburones poseen narinas, por las cuales entra el agua detectando cualquier aminoácido, aunque es muy desconocido, la interacción química-ambiental toma un rol fundamental en la percepción olfativa de estos animales con una sensibilidad nasal muy desarrollada. Existen algunos tiburones que son exclusivamente cazadores visuales como el marrajo (Isurus oxyrinchus) y el azulejo (Prionace glauca), la diversidad de capacidades entre especies de tiburones rompe el mito de que todos poseen una visión limitada, por el contrario se especializan en diferentes cualidades evolutivamente desarrollando hasta membrana nictitante, “un tercer párpado protector del ojo”, extraordinariamente los tiburones son los únicos peces que pueden parpadear. Estos cazadores de los mares detectan sonidos a amplias distancias y ruidos de baja frecuencia, siendo el principal sentido para detectar presas cercanas, asimismo la mecano-percepción de los tiburones es en gran parte llevada a cabo por las Ampollas de Lorenzini, órgano sensorial especializado en la detección mediante electrorreceptores con los que captan campos eléctricos de movimiento a su alrededor, siendo el órgano más desarrollado evolutivamente en los tiburones. El gusto es otro sentido que tienen los tiburones gracias a que poseen papilas gustativas alrededor de la cavidad bucal y la faringe, presentando pequeños agujeros que conectan con nervios sensoriales gustativos; cuando los tiburones muerden a su presa los químicos liberados hacen contacto con estas zonas, enviando señales al cerebro para determinar si rechazará la presa o no; estos órganos gustativos no están tan desarrollados como los otros sentidos, puesto que no juegan un papel tan importante en localización de presas, sin embargo, hay excepciones, como lo es el tiburón nodriza, que posee sensores en forma de bigotes que arrastra por la arena para sentir a su presa.
Los condrictios son parte importante de los controladores biológicos de la cadena trófica de los ecosistemas marinos, siendo principales predadores de peces, manteniendo poblaciones de estos en límites de equilibrio ecosistémico. Además poseen unas de las distribuciones de poblaciones más versátiles del reino animal, encontrándose en la mayoría de los biomas marinos y contando con una gran cantidad de especies cosmopolitas, que por lo demás tienen diversos tamaños desde 22 centímetros el más pequeño, el “tiburón pigmeo de ojo pequeño” (Squaliolus aliae), o hasta 12 metros aproximadamente el “tiburón ballena” (Rhincodon typus).
Alimentación
Dentro de la alimentación de estos animales podemos encontrar que los tiburones no son quisquillosos a la hora de cazar su comida, sino que suelen adaptarse a su medio y a los alimentos que están disponibles. Muchos de los tiburones son carnívoros, y suelen comer animales como delfines, focas, leones marinos, at&uacte;n y otros peces, incluso especies más pequeñas de tiburones como Lamna nasus. Por otra parte tenemos los tiburones bentónicos, los cuales tienen como dieta principal crustáceos. Un ejemplar de este tipo de alimentación es Squatina armata. Otro tipo de alimentación es aquel en donde su dieta es principalmente a base de plancton, como Cetorhinus maximus, tiburón que filtra cada hora aproximadamente 2 millones de litros de agua, de donde obtienen 2 kilogramos de comida, y para esto succionan y filtran el agua utilizando filamentos similares a las barbas de las ballenas.
Reproducción
Todos los representantes conocidos de esta taxa presentan fertilización interna mediante estructuras llamadas “claspers”, que corresponden a una modificación de las aletas pélvicas en los machos. Estos se insertan en la cloaca y oviductos de la hembra al momento de la cópula; este grupo presenta una gran variedad de formas de desarrollo embrionario y también en cuanto a la fuente de alimentación fetal.
Este grupo presenta oviparidad, donde los huevos una vez fertilizados son depositados en el fondo marino o se enredan entre láminas de macroalgas con ayuda de unos filamentos alargados, llamados “zarcillos”, que se proyectan desde los bordes de la cápsula que envuelve al embrión, estas cápsulas comúnmente se conocen como “bolsos de sirena”. Asimismo pueden viviparidad, donde las crías eclosionan de sus huevos al interior del útero de la hembra para continuar su desarrollo. En el caso de la oviparidad, la nutrición fetal depende del saco vitelino, una especie de yema que alimenta a la cría en su desarrollo, a esto se le llama “lecitotrofia”; mientras que en la viviparidad existen diferentes métodos de entregar nutrientes a los embriones, la “oofagia”, donde es la madre quien entrega suministro alimenticio a las crías en su matriz a través de huevos no fertilizados que son ingeridos por los embriones; de distinto modo en la “histotrofia” las crías son alimentadas por secreciones uterinas, esto puede persistir durante todo el desarrollo hasta el parto, o bien pasar a nutrirse por “placentotrofia”, donde el saco vitelino de la cría es modificado en una placenta funcional que las conecta a la madre a través de un cordón umbilical por el que recibe los nutrientes y elimina desechos metabólicos.
Colaboración fotográfica de www.chondrolab.cl e Instagram @chondrolab_uv.