Científicos nacionales e internacionales exigimos la conservación sustentable de las especies de loros chilenos, basada en investigación financiada por las agencias del Estado.
La catastrófica pandemia a nivel global también ha dejado de manifiesto el gran impacto humano sobre la naturaleza, siendo nuestra actividad la causa última de la pandemia. Así, en la medida que el humano confinado ha cedido espacio a la fauna silvestre, en todo el mundo se ha observado como ésta empieza a ocupar espacios que antes parecían exclusivamente humanos.
Por otra parte, el esfuerzo a largo plazo de personas, e instituciones gubernamentales y no gubernamentales ha permitido, en algunos casos, revertir la tendencia de disminución de poblaciones naturales a nivel global, uno de estos pocos casos exitosos ocurrió en Chile con el loro Tricahueformat_quote
En este país existen cuatro especies de psitácidos (loros) nativos; el periquito cordillerano (Foto A), el tricahue (Foto B, superspecie ancestral endémica), la cachaña (Foto C) y el choroy (Foto D), especie endémica de Chile pues existe solamente en nuestro país. El 20 de mayo del presente año, el mismo grupo que suscribe publicó una denuncia en El Mostrador en relación al envenenamiento de choroyes en Osorno. En esa misiva, planteamos con preocupación el conflicto con algunos agricultores y con otras áreas de desarrollo humano.
Con preocupación observamos nuevamente, a través de BioBioChile, éste 11 de agosto pasado, como algunos agricultores, representados por la Soc. Agrícola y Ganadera de Los Ríos, solicitan a la autoridad remover la condición de especies protegidas a choroyes y cachañas, aludiendo a que producen pérdidas económicas. Aquel gremio “considera” que hay demasiados loros y los sindica como responsables de mermas en cultivos, además de generar un riesgo de transmisión de enfermedades a lecherías.
Conscientes de que el esfuerzo mancomunado de profesionales e investigadores estudiosos de nuestra biodiversidad, ha permitido la lenta recuperación de contadas poblaciones de psitácidos protegidos (permaneciendo otras muy amenazadas, incluso extintas localmente), entendemos que, en algunos casos, se pueden generar conflictos. Reconocemos también que la seguridad alimentaria es central en el bienestar de nuestra sociedad, así como en la actividad económica de la Región. Sin embargo, rechazamos que se impulsen iniciativas de control poblacional para especies protegidas en Chile, sin contar con parámetros objetivos, ni criterios técnicos científicamente establecidos. Creemos que eso es muy peligroso en todo orden de cosas.
Por estos motivos, exigimos que cualquier iniciativa de cambio normativo, tal como la propuesta por agricultores y ganaderos de Los Ríos, se sustente en evidencia científica. Como estudiosos de nuestra fauna silvestre estamos conscientes de que aún sabemos muy poco de ella y más investigación es necesaria para comprender sus interacciones con las actividades humanas, los conflictos que se generan localmente y el estado de conservación de las poblaciones naturales.
Esto es particularmente urgente en el caso de las interacciones entre la fauna silvestre y la producción silvoagropecuaria. En este campo de investigación existe una impostergable necesidad de obtener datos objetivos producto de una metodología científica moderna. Para estos estudios son necesarios recursos, los cuales son escasos en estas áreas. Por ello, además solicitamos a las autoridades que dispongan recursos para llevar adelante estas investigaciones y buscar comprender de mejor forma nuestro entorno natural. Consideramos esencial profundizar en la comprensión de conflictos entre las actividades humanas y la fauna silvestre, lo que implica cuantificar el impacto ecológico del daño en los cultivos y en la fauna, el tamaño de las poblaciones de loros y otras especies silvestres, el eventual consumo de recursos silvoagropecuarios y la cantidad disponible de estos en el espacio y el tiempo.
Pese a que nuestros loros nativos están protegidos por la Ley de caza 19.473 y su reglamento, por ser beneficiosas para la actividad silvoagropecuaria o como benéficas para la mantención del equilibrio de los ecosistemas naturales, seguimos atestiguando como son continuamente envenenados, cazados y eliminados. Estas aves son parte de nuestro patrimonio natural y cumplen servicios ecosistémicos importantes como por ejemplo la dispersión de semillas, contribuyendo a la regeneración natural de la vegetación, también amenazada por actividades humanas. Por último, los coloridos y carismáticos loros, como todas las aves, producen un bienestar al ser humano a través del disfrute de su observación en vida libre, de manera que su presencia, además, contribuye con la creciente economía basada en el turismo de naturaleza, en Chile y en todo el mundo.
Tómese la presente como una declaración de nuestro ofrecimiento concreto, para apoyar al Estado en su deber de proteger nuestra biodiversidad, de modo que, concertadamente, busquemos alternativas que permitan una coexistencia armónica entre agricultores y loros nativos, con miras a que estas poblaciones se mantengan saludables y futuras generaciones puedan seguir disfrutando de los beneficios de este patrimonio biológico natural, vital para el saludable funcionamiento de nuestra naturaleza, sus servicios ecosistémicos y una economía sustentable.
Colegas colaboradores, fundadores de la página de Facebook sobre Choroyes y Cachañas:
Dra. Cecilia Smith, Ecóloga especialista en Restauración Ecológica, Profesora Titular, Departamento de Ciencias Biológicas y Biodiversidad, Universidad de Los Lagos; Instituto de Ecología & Biodiversidad (IEB).
Dr. Jaime E. Jiménez, Ecólogo de Vida Silvestre, North Texas University, EE.UU.
http://cienciasbiologicas.ulagos.cl/
Director Laboratorio de Ecología (LABECOL), Depto. de Cs. Biol. & Biodiversidad de la Universidad de Los Lagos