La información que muestra el efecto negativo de los caminos, más aún los pavimentados, sobre la fauna silvestre ha sido comprobada tiene larga data e incluye: modificación del hábitat, mortalidad de fauna durante la construcción de los caminos, modificación de la conducta animal, cambios en el uso de la tierra, en la dinámica del agua y mortalidad por colisión.
Este último efecto es constantemente evaluado en países desarrollados, pero en Chile permanece aún sin ser maduramente conocido. A pesar de lo anterior, los datos existentes revelados en periódicos de circulación nacional por nuestro equipo, muestran una mayor aglomeración de muertes de fauna por atropellamiento en algunas zonas del país como la Región de Coquimbo, Región de Valparaíso y la Región de Magallanes, donde el exceso de velocidad pareciera ser una causa que favorece esta pérdida de biodiversidad.
En cuanto a las rutas dentro de las áreas silvestres protegidas, los atropellos son más comunes de lo que se sabe, careciendo de estudios necesarios para saber realmente cual es el impacto de estas estructuras en estas áreas.format_quote
En el Parque Nacional Cerro Castillo llama la atención el impacto sobre especies emblemáticas de Chile, como huemules Hippocamelus bisulcus en la carretera austral (ruta CH-7) dentro del área protegida, con poco menos de 30 km. Posteriormente a la pavimentación del camino en los años 1999 y 2000, esta ruta se ha convertido en otra amenaza para esta especie heráldica en peligro de extinción, generando una preocupación por parte de la comunidad local. Tanto fue así, que entre los años 2014 y 2016 se ejecutó un programa para la conservación del huemul en Aysén financiado por el Gobierno Regional, desarrollándose entre otras actividades, la creación de 2 cargos de guardafaunas o prevencionistas de ruta para realizar patrullajes diarios, labores de prevención de atropellos y levantar información para llevar a cabo medidas a futuro que disminuyan la amenaza producida por la carretera. Estas labores, han dado cuenta que no es un problema que afecte solamente a ciertas taxa.
Por otro lado, existe el caso particular de la futura pavimentación del Parque Nacional Torres del Paine, donde ya se han presentado registros de atropellos que han sido recopilados por voluntarios del proyecto Fauna Impactada en Carreteras y Caminos de Chile para la región de Magallanes, y estos dan cuenta de alrededor de 17 especies, entre las que se encuentran mamíferos como: armadillo peludo, chingue patagónico, zorros chilla y culpeo, quiques, gatos de Geoffroy, guanacos, coipos y aves como: suri, tucúqueres, cóndores, caiquénes, cormoránes imperial e inclusive un pingüino de Magallanes, siendo el armadillo peludo Chaetophractus Villosus la especie más afectada.
De estas especies, el 31,58% de ellas se encuentran con tendencias poblacionales a la disminución (IUCN), confirmando la importancia de establecer medidas que permitan frenar esta disminución de las poblaciones, más que acelerarlas. En relación con el caso particular de una especie emblemática de este parque como lo es el puma Puma concolor, estudios han registrado que hasta un 50% de los individuos muertos por alguna causa conocida son debido a atropellos por parte de vehículos y pese a que se han vistos individuos cruzando la carretera en las cercanías del Parque Nacional Torres del Paine (Figura 1) aún no hemos presenciado un atropello de esta especie, y esperemos no ocurra.
Si bien dentro de las soluciones al problema se propone la construcción de atraviesos de fauna, estos deben ser adecuados para la fauna local y acorde a las características del ambiente, ya que, de no ser así, los atraviesos no son utilizados por la fauna, prefiriendo atravesar por los caminos. Es evidente que la importancia de los parques naturales o las reservas naturales uno de los objetivos es justamente preservar la fauna nativa de estas áreas; sin embargo, la presión turística que ejerce sobre los servicios dispuestos puede impactar de manera adversa tanto al medio como a la fauna asociada, a menos que se desarrollen las medidas adecuadas.
De momento, hasta que en el país no se desarrollen las estructuras necesarias para evitar la presencia de fauna en carreteras y favorecer su desplazamiento desde un lugar a otro de las carreteras, existen medidas conductuales que podemos tomar. Sabemos que el exceso de velocidad es una de las causas que favorecen los atropellos, por lo que es una de las primeras cosas que podemos integrar en nuestro comportamiento en la ruta, especialmente en la cercanía de cuerpos de agua; además evitar dejar basura a orilla de la ruta, ya que esto favorece la presencia de fauna. Por último, es importante no alimentar a animales silvestres, ya que cuando se hace, especialmente desde un vehículo, el refuerzo positivo, hace que los animales (zorros especialmente) se acerquen a los vehículos en desplazamiento para obtener alimento con las consecuencias que ya lamentamos.
Dicho lo anterior y, habiendo tomado conocimiento del aumento del factor turismo a las áreas de protección y en especial el Parque Nacional Torres del Paine, en el que existe un plan de mejoramiento vial y pavimentación de caminos dentro de su área y de aproximación, nuestra preocupación aumenta por el peligro potencial que se avecina. El hecho de pavimentar los caminos se traducirá en aumento de la velocidad, por lo que es muy necesario se extremen medidas para que los atropellos de fauna no sean una realidad recurrente.
A pesar de que parte de la sociedad prefiere evitar la pavimentación de rutas al interior de cualquier unidad de conservación, aún más, su creación, la construcción de estas dentro de cualquier Área Protegida, de llevarse a cabo, debería requerir de un análisis acabado del comportamiento de la fauna que se encuentre al interior, su análisis y sociabilización, para comprender su distribución, zonas de paso, descanso y alimentación, además del desarrollo de medidas preventivas y/o correctoras de acuerdo a estándares internacionales (Figura 2) ante la amenaza de fragmentación de hábitat y la consecuente pérdida por atropellamiento.
Buscamos realizar el primer catastro para Chile de fauna atropellada en carreteras y caminos.